No se deja de hablar sobre el potencial de la IA: qué grandes avances, es increíble lo rápido que mejora, nos va a dejar a todos sin trabajo…
No se me ocurre un tema más interesante a día de hoy para caldear mi rinconcito de pensar.
Cuando era pequeño me harté de escuchar: «Por muy potente que sea un ordenador, jamás le podrá ganar una partida de ajedrez a un humano».
En 1996, el invencible campeón del mundo, Garry Kaspárov, perdió contra el superordenador Deep Blue. Hoy cualquier módulo de juego gratuito tiene un nivel superhumano.
Los ordenadores son el futuro. Negarlo es no aceptar la realidad. Duele pensar que llegará el día en el que una máquina sea capaz de escribir una novela mejor que Guerra y Paz, pero…
¿Cómo será el storytelling del futuro?
He leído textos redactados por IA y meten miedo. ¿Cómo serán dentro de 10 años? ¿Y de 20? ¿Qué hará OpenAI, la empresa de Elon Musk?
Nadie lo sabe.
¿Todo lo que está pasando es ético? ¿Debería…?
Da igual.
La IA va a acabar dominando el mercado. Es una realidad que solo rechazan los que no quieren verla.
Cómo lo consiga es lo de menos.
Esconder la cabeza bajo tierra no salvó a los labriegos de los tractores ni a los sastres de los telares.
Recuerdo una charla que nos dieron en la facultad de Económicas.
La impartía un ponente que parecía uno más entre cientos. Con ganas de causar buena impresión, pero poco que contar…
Hizo una alusión literaria buenísima.
No contó que en la segunda parte de «Alicia en el país de las maravillas», «Alicia en a través del espejo», aparecía una reina de ajedrez de color rojo (infinito perdón por llamar reina a la dama, la situación lo requiere) que corría sin parar.
«Gira cada vez más rápido» decía la reina, «Tengo que moverme para permanecer en el mismo sitio».
Fue la primera vez que escuché el término «Hipótesis de la Reina Roja».
El ponente nos hace alusión a que los avances aparecen cada vez más deprisa y obligan a los profesionales a mejorar si no quieren quedarse atrás. Ojalá recordase el nombre del maestro que me expuso por primera vez esta teoría.
No iba a tardar en aparecer algo que afectase a los copywriters.
Adaptarse y que los textos de ventas sobrevivan
Tenemos que aprender a sacarle partido a la IA. Adaptarnos a ella. Integrarla para que juegue a nuestro favor.
Controlar el miedo a lo desconocido y correr a toda velocidad hacia el futuro.
He de hacer un apunte a todo esto:
A día de hoy a quién Google coja con IA está fuera de todos sus sistemas. De momento su algoritmo tiene una eficacia muy baja, pero mejora muy muy rápido. Y no les tiembla el pulso.
Así que para mí está claro que la IA es el futuro, pero no el presente. Puede decirse que hay algo ralentizando los giros de la tierra.
Los copywriters tenemos que aprovechar este momento de transición para hacernos con un lugar en el mañana.