«Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos», Peter Drucker.
Cuando pienso en este sector viene a mi mente mi amado profesor de lengua emocionado mientras nos leía a Jorge Manrique. Toda la clase dormía mansa como un rebaño de corderos.
Según mi experiencia, en la mayoría de los despachos de abogados, la redacción suele gustar a los letrados.
Son textos adecuados a lo que les han enseñado: emplean cultismos, contienen un lenguaje apropiado y hacen valer sus logros. No es que estén mal per se, el problema es que no llegan a sus potenciales clientes.
La gente no confía en alguien a quien no entiende. Es una reacción natural hacia la incertidumbre. Una lástima porque los abogados solo necesitan tres ajustes para acercarse a su audiencia.
Al fin y al cabo, lo que queremos todos no es más que una persona que nos entienda y nos escuche.
¿Qué más nos hace falta?
¿Cómo volver ameno el copywriting jurídico?
Así como tuve un profesor de literatura que nos dormía con su oratoria, tuve otro de historia difícil de imaginar en un colegio de hace veinte años.
Diseñaba una clase centrada en el beneficio de sus alumnos, sus clientes.
Era capaz de simular un combate con espadas en medio de clase o hacer como si navegase con Colón.
Sabía generar interés en lo que estaba contando, la base del copywriting, y lograr que consumir su producto, la materia que impartía a través de las clases, fuese una tarea amena y divertida.
Había una forma de hacer las cosas bien.
Quiero felicitar a Ródenas Abogados por su página web: https://www.rodenasabogados.com/.
Aplican los puntos a los que he hecho mención.
3 puntos para mejorar el copywriting jurídico
- Centrarse en el beneficio.
- Hacer que el cliente se sienta a gusto.
- Generar empatía con sus problemas.
Lo que consiguen gracias a esto es centrarse en el cliente, arroparlo con sus palabras y hacer que se sienta a gusto navegando por su web.
Esto es complicado de encontrar en cualquier sector, no es exclusivo del jurídico. Aquí solo es más común.
Aclaro que el despacho que uso de ejemplo no es mi cliente. Nunca me pongo de referencia.
Aunque sí que he trabajado con el sector.
Todos los despachos hablan de lo bien que les puede ir con ellos si los contratan, el problema es que olvidan la parte humana.
«Comprendemos tu situación», «Nuestro objetivo es ayudarte», «Queremos escucharte»
¿Es tan difícil?
Tres frases improvisadas que le dan un salto de nivel a cualquier página. Aquí ya me estoy yendo más allá que los despachos de abogados.
Trata bien a tus potenciales clientes y verás lo rápido que se ponen en tus manos.